Siempre que nos encargan una sesión fotográfica infantil nos ponemos manos a la obra en su preparación, y como cada peque es un mundo, siempre nos hacemos la misma pregunta ¿Cómo lo hacemos para que se lo pasen genial y no tengan vergüenza?
Bueno pues la respuesta siempre está en adecuar la sesión a algo que les guste y les entretenga, sugerirles juegos o dejarles algún juguete u objeto con el que se distraigan, de forma que se olviden de la cámara para poder captar unas imágenes naturales.
Sin embargo, con esta sesión nos llevamos una grata sorpresa. Se trataba de una sesión de dos hermanas para las que preparamos un pequeño escenario en el campo y pensamos en diferentes formas de entretenerlas, y cuando llegaron … et voilà ! No hizo falta decirles prácticamente nada, ellas se pusieron a jugar a sus juegos y piruetas y nosotras encantadas a sacar fotografías tan naturales como éstas.